Un cerdito vivía en una granja, les ayudaba a sus padres en lo que necesitaban, era aplicado en clase, pero no tenía muchos amigos, aun así, el prefería pasar el tiempo leyendo sobre camiones y conducción.
Todo marchaba perfectamente en su vida, hasta que un día, en la escuela empezaron a burlarse de él, todo porque durante la clase la maestra preguntó ¿Qué quieren ser de grandes? Todos contestaban: Doctores, Maestros, Ingenieros, mientras que el cerdito respondió – Yo quiero ser el mejor trailero -, las risas se escuchaban por todos lados, así como los cometarios: “Un cerdo no sirve para nada”, “Todo el tiempo están sucios “, “Que asco”, “Vas a fracasar”.
A pesar de esos comentarios tan negativos e hirientes, él veía el lado positivo de las cosas y eso no sería un impedimento para dejar de soñar. También tenía miedo de que sus padres le dieran la espalda por querer ser alguien diferente. Una noche durante la cena su padre preguntó. – Y bien ¿Ya pensaste en tu futuro?, ¿Qué quieres estudiar? – Entusiasmado el cerdito les comentó – Quiero ser trailero – y como era de esperarse, muy molestos sus padres no se lo permitirían, estaban totalmente en desacuerdo. Pero el cerdito quería dedicarse a algo que lo hiciera feliz, sin importarle el dinero ni el prestigio.
Esa noche tomó la decisión, por la mañana esperaría a que llegara el granjero para después ocultarse en su camioneta e ir en busca de su sueño. Y así sucedió, el granjero manejo hasta la ciudad por provisiones, cuando se estacionó el cerdito se bajó un momento a observar el lugar, pero en cuanto menos lo espero la camioneta ya había arrancado.
Empezó a preguntarse curiosamente – ¿En dónde estoy? ¿Qué es este lugar? – Muy ansioso y feliz no quiso perder el tiempo y se dirigió en busca de empleo. Para su mala suerte todos le negaban el trabajo, pues un cerdito no les daba la confianza de ser alguien trabajador, paso el tiempo y la situación solo empeoraba, todos lo corrían a donde fuera, incluso se llegó a preguntar si realmente valdría la pena seguir intentando o si era momento de regresar a casa y decirle a mamá y papá que tenían razón. Cuando estaba a punto de regresar a su casa escuchó una plática entre dos caballos, debían llevar un cargamento de paja al otro lado de la ciudad, pero no conocían el camino, el cerdito se metió a su plática y les dijo que podía ayudarlos, pues el vivía para esa zona y conocía los caminos. Los caballos aceptaron y se fueron, durante todo el camino los caballos se sorprendieron del manejo del cerdito con las reglas viales y las leyes de tránsito.
Al llegar a su destino recibieron una llamada por radio, era el capitán y necesitaba un trailero local para distribuir granos de arroz, los caballos le comentaron sobre las habilidades de aquel cerdito, el capitán aceptó hacerle una prueba, el cerdito la pasó y obtuvo el empleo manejando un pequeño camión de la empresa, con el tiempo logró ahorrar, tener su propio camión y disfrutar cada viaje como siempre lo soñó.
Les demostró a sus padres y a todos los animales de la granja que no confiaban en él, que si se quiere se puede.
Fin.