Joquín vivía en una Aldea cercana al polo norte, las personas solían tener roles en cuanto a caza, agricultura, vigilancia, cocina, producción, mantenimiento y cuidado de los menores, esta última era el área de la cuál Joquín se hacía responsable, todos los días iba casa por casa recogiendo a los niños para llevárselos al área de aprendizaje, que era como un tipo de escuela con un solo profesor, ahí les enseñaba cosas básicas sobre las costumbres y las tradiciones de la aldea, descubría las habilidades de los niños y cuando eran algo mayores los mandaba a aprender su rol definitivo con ese respectivo grupo.
Cada año la aldea hacía una fiesta para recordar a sus antepasados y celebrar su eficiencia como pueblo, todos los grupos se reunían entre ellos, charlaban y se reían, pero Joquín al ser el único en su área no tenía con quien platicar, únicamente algunos alumnos que se acercaban a saludarlo, entre ellos Jovina y Midia, dos alumnas que conocían todos los chismes de la aldea, ellas le contaron que los cazadores habían encontrado una aldea nueva a unos kilómetros de ahí, y que al día siguiente irían a dialogar para aliarse con los vecinos.
Más tarde el líder de los cazadores, Brud, fue con Joquín, le contó el plan sobre ir con la aldea vecina, iban a llevarlo para que fuera el encargado de presentarlos y negociar, y así lo hicieron, a la mañana siguiente se levantaron temprano y se dirigieron a la nueva aldea, pero cuando se acercaron a la entrada una red cayó de lo alto y los atrapó a todos, al mismo tiempo que personas con lanzas los rodearon, Joquín y su grupo levantaron las manos alegando que no iban con malas intenciones, en ese momento un hombre llegó escoltado por más hombres armados, se presentó como el líder de ese lugar, le decían “Gran líder”, él les hizo saber que su pueblo era una pequeña extensión de una aldea aún más grade, y que ellos habían salido a explorar para ampliar su poder, Joquín en ese momento habló y dijo que solo buscaban formar alianza y crear una unión de ayuda mutua, el líder de la nueva aldea se mostró dudoso, pero al final aceptó, ordenó liberar a los presos y los mandó de regreso a su aldea acompañados de un grupo de soldados que revisarían el lugar.
Cuando iban de regreso Joquín notó que el camino era distinto al que habían tomado en la mañana, los árboles parecían más abundantes y espesos, se acercó hasta donde estaba Brud para preguntarle, pero su intención se cortó por un crujido que se escuchó, rápidamente todos los cazadores de la aldea de Joquín se tumbaron al suelo y Brud saltó sobre Joquín para bajarlo también, instantáneamente un tronco cayó y golpeó a los soldados de la otra tribu, quienes no alcanzaron a reaccionar, luego los cazadores se lanzaron sobre ellos y los ataron, Joquín preguntaba insistentemente sobre esa acción, los soldados eran aliados y acababan de iniciar un conflicto, en ese momento se escucharon ruidos en los arbustos, era Gran líder junto con otro grupo de soldados, quienes los habían estado persiguiendo en sigilo.
Gran líder estaba sorprendido, pues no creía que aquellos aldeanos fueran tan inteligentes y precavidos, por eso mismo decidió volver a su pueblo amenazándolos, les dijo que la alianza estaba rota y que debían llevarles la mitad de sus recursos si no querían que los rastrearan y tomaran su pueblo, y como amenaza final se llevó a Joquín como prisionero ante los ojos de los cazadores que no pudieron hacer nada.
Cuando llegaron al pueblo metieron a Joquín a una celda oscura y fría echa de concreto y con solo una pequeña ventana echa de barras de metal, la cual daba vista a la plaza, Joquín estaba pidiendo que lo liberaran, alegando que todo había sido una confusión, en ese momento la puerta fue abierta por un guardia y una mujer entró a la celda, se presentó ante Joquín, su nombre era Andaya e iba a interrogarlo para saber las estrategias de la aldea, su ubicación y su armamento, Joquín se disculpó por no saber la información, le explicó cuál era su función y que no conocía las estrategias ni armas de los cazadores ni vigilantes, le contó que no salía de la aldea muy a menudo y que incluso no sabía de la existencia de la trampa que habían usado los cazadores. Andaya era muy lista para interrogar y sabía cuando alguien le mentía, sabía que el miedo de Joquín y su naturaleza para contar lo que pasaba lo respaldaba, así que salió de la celda.
Joquín escuchó como afuera de la celda Andaya y Gran líder platicaban, Gran líder esperaba obtener toda la información de los enemigos, pero al enterarse de la ignorancia de Joquín con los temas de lucha por parte de su aldea se molestó y se lamentó – Me vieron la cara, no van a sentir el más mínimo remordimiento por dejar aquí a ese inútil – Joquín escuchaba espantado y un golpe en la puerta lo hizo saltar del susto, era el guardia quien le pedía no estar de metiche, mandándolo al rincón de la celda.
Al día siguiente Andaya fue a visitar a Joquín a su celda, le comentó sobre un plan de Gran líder para que los guiara de regreso a su aldea, iban a saquear todo pero le permitirían a Joquín vivir con ellos, Joquín tenía mucho miedo de que le pudieran hacer algo si no aceptaba ayudarlos y aliarse a ellos, pero finalmente se armó de valor y declinó la oferta, Andaya intentó convencerlo, pues en ese trato se incluían intereses personales suyos, ya que si lograba concretar ese plan podría demostrarle a su padre que estaba lista para dirigir la prisión, pero sus intentos fueron en vano, Joquín no quería acceder además de que no sabía cuál era el camino de vuelta a su casa, Andaya se fue decepcionada.
Esa tarde Joquín escuchó un ruido en la calle, se asomó por la ventana y vio a un niño que se encontraba jugando con una pelota de cuero, en ese momento llegaron otros dos niños, uno de ellos se estaba comiendo un jitomate – Está padre tu pelota, ten te la cambio por el jitomate – Dijo uno de ellos mientras le arrancaba la pelota y le lanzaba ese jitomate a medio comer al piso, luego se dieron la vuelta y se alejaron riéndose, el niño empezó a llorar y la escena hizo que Joquín se sintiera muy mal – No llores – Le dijo Joquin al niño – Con ese pedazo de jitomate puedes tener muchos más – El niño estaba confundido, Joquín le explico qué podía plantarlo y cuidar su crecimiento, le contó una experiencia de cuando él era niño y cómo había plantado un árbol junto a su padre, incluso le había puesto un nombre a su árbol, toda esa plática emocionó al niño quien salió corriendo a buscar el sitio y las herramientas para plantar ese jitomate como Joquín le había explicado.
Ya por la noche Andaya fue a llevarle de cenar a Joquín, se sorprendió porque lo encontró sentado en el suelo con unas pequeñas piedras, le cuestionó sobre lo que hacía con esos objetos, él le platicó que hacía operaciones matemáticas, ella no entendía a que se refería así que Joquín le explicó, al finalizar ella tenía curiosidad sobre qué otras cosas conocía Joquín, y le pidió si podía ir al día siguiente para que le siguiera enseñando, el aceptó y Andaya se fue.