El desayuno de Juan

Como todas las mañanas, Juan se despertó y se dirigió a su cocina, esta vez quería desayunar panqueques, todas las noches soñaba con la comida que querría para el desayuno siguiente, y todos sus sueños lo hacían moverse de un lado a otro sobre la cama debido al hambre que le provocaban.

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Juan empezó por abrir el refrigerador, pero como todas las veces, algo le faltaba para poder preparar su desayuno, así que fue a la tienda de la esquina, pero como todos los días, esa tienda se tardaba en abrir, lo cual provocaba que a Juan se le hiciera todo el tiempo tarde.

Cuando por fin regresó a su casa, Juan preparó el desayuno, se puso su chaleco de seguridad y se cepilló los dientes, pero como iba atrasado en tiempo no alcanzó a buscar bien su par de calcetines, y como todas sus presentaciones al trabajo, fue con calcetines distintos, lo cual causaba que todos sus amigos se burlaran de él.

Cuando terminó su turno, como todas las tardes, Juan fue al jardín a comprarse una nieve de su sabor favorito, limón, pero algo malo ocurrió, la nieve de limón se había terminado, nunca antes se había terminado la nieve de limón, solo había nieve de mango, pero el no se comería eso, trabajó muy duro ese día y se merecía una nieve de limón, así que caminó en busca de algún lugar donde la pudiera conseguir.

Juan estuvo el resto del día buscando, pero no encontró nada, decidió regresar a su casa, ya se le había pasado su hora de comida y debía cenar y dormirse temprano para ir a trabajar al día siguiente, así que, como todos sus viajes de vuelta a casa, pasó en frente de una fonda donde pidió su cena, pero tenía tanta hambre que esta vez no compró medio platillo como todos sus pedidos, si no que eligió dos porciones completas y se fue a su casa.

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Ya estando en su casa cenó, se sentía muy satisfecho, después de un rato hizo su rutina de ejercicio y se bañó, enseguida se fue a dormir, pero aún se sentía muy cómodo con respecto a su hambre, no sentía vacío en el estómago como todas las noches anteriores. Esa vez Juan no soñó con el desayuno, no tuvo hambre y durmió bien, al día siguiente pudo prepararse el desayuno que se le ocurrió con lo que tenía en casa, no tuvo que ir a la tienda, no se le hizo tarde y por primera vez, llevó un correcto par de calcetines al trabajo. Ahora todos los días come bien, hace ejercicio para mantenerse sano y controla su horario.

Fin.