Marcos era un joven estudiante de la universidad, se preparaba para ser biólogo, aunque por las tardes hacia servicio a su comunidad como vigilante voluntario, había recibido ya algunas propuestas de trabajo oficiales por parte de la policía local, pero él las declinaba siempre, pues prefería esperar para poder enfocarse en la biología que había sido un campo muy atractivo para él desde que era niño.
Un día, de camino a la escuela, Marcos encontró una ardilla lastimada y desangrándose, creyó que podría llevársela a la escuela y revisarla ahí, la envolvió en su suéter y se la llevó. Cuando llegó le comentó lo que le pasó al profesor Salazar y le mostró la ardilla, se veía bastante mal, pero se fueron al laboratorio a intentar reanimarla y estudiarla, mientras ellos hablaban, Iván los escuchaba detrás de los casilleros, era un estudiante muy poco querido por la mayoría, pues solía aprovecharse de todos y amedrentarlos para divertirse, en esta ocasión pensó en hacerle una broma a Marcos y robarle esa ardilla, así que se fue a escondidas pegado a la pared con su mano por delante, sin darse cuenta de un clavo que estaba salido al cuál se aproximaba y como era de esperarse, al pasar por ahí se cortó la mano, se aguantó el dolor y gritó maldiciones en su cabeza, intentó calmar el sangrado con papel que traía en su bolsa y siguió caminando detrás de Marcos y el profesor.
Una vez dentro del laboratorio Marcos dejó la ardilla sobre la mesa, se pusieron guantes de protección y buscaron heridas que pudiera tener la ardilla y notaron que no tenía la cola completa, posiblemente había sido atacada por algún animal, pero para el profesor no tenía ningún daño que pudiera ser provocado por algún animal local como gatos, perros, águilas o incluso serpientes, y a pesar de hacer su mejor esfuerzo, no pudieron rescatar a esa ardilla que murió poco tiempo después. Confundidos por la situación y preocupados por la posible existencia de alguna especie invasora decidieron dejar al animal ahí para retomar sus actividades escolares y revisarlo más tarde, mientras Iván pacientemente veía la situación y esperaba escondido detrás de unos estantes.
Marcos y el profesor Salazar estaban cerrando el laboratorio al tiempo que hablaban de posibles créditos extras para Marcos por su probable descubrimiento de especies invasoras y la importancia de detener a tiempo ese problema, adentro del laboratorio Iván se enojaba al escuchar las felicitaciones y pensar en la popularidad que Marcos ganaría ante esa situación, cosa que él no iba a permitir, antes se robaría esa ardilla y sería él quien tendría el crédito. Invadido por la adrenalina y el pensar en su futura fama no se preocupó por proteger la herida de su mano y tomó a la ardilla directamente de la cola, después se escapó por una de las ventanas que quedaban frente al estacionamiento, guardó la ardilla en el maletero de su auto, se envolvió la mano con una venda que traía y volvió a clases.
Al sonar la campana que indicaba el término de las labores, Marcos recibió un mensaje, lo necesitaban como apoyo en un evento del pueblo, y la persona que debía ocuparse de ese puesto no podría ir pues se había enfermado, Marcos le platicó la situación al profesor Salazar y acordaron que el profesor revisaría al animal antes de que entrara en estado de descomposición, al día siguiente se reunirían para hablar sobre ese análisis. Por otro lado, Iván ya había llegado a su casa, se sentía algo débil y se le olvidó por completo que tenía una ardilla muerta en el maletero, se preparó un sándwich y después se metió a bañar, esperando que eso lo ayudara, cuando salió de bañarse empezó a sentir dolor en su mano donde se había cortado, aunque no era un dolor muy fuerte, enseguida el dolor desapareció pero ya no podía manejarla, era como si no le respondiera, además, un dolor de cabeza se sumó a su malestar, fastidiado por el día y cansado creyó que lo mejor sería tomar una siesta.
Esa tarde, Marcos estaba en su evento, revisando a su alrededor, en el cielo, sobre los árboles, arrastrándose en el campo, buscando algún animal que no perteneciera a ese ecosistema, en ese momento recibió una llamada del profesor Salazar, ya no estaba la ardilla en el laboratorio. Esa era una situación inquietante, ¿Quién se la podría haber llevado? La robaron, la tiraron o incluso algún animal carroñero que haya entrado, en este momento no podía haber descartes a ninguna propuesta. Marcos estaba por irse a buscar la ardilla con el profesor, pero llegó el comisario, lo necesitaba para aislar y acordonar un escenario donde había sucedido un crimen, dos hombres habían muerto en una pelea. Marcos se acercó para ver los cuerpos, y las marcas le resultaban parecidas a las que tenía la ardilla, no pudo observar más, pues lo alejaron, y los encargados de la situación tomaron las pruebas necesarias y recogieron los cuerpos.
Al día siguiente Marcos llegó a la escuela, fue a la oficina del profesor y le platicó lo que había pasado en el evento y de las marcas que tenían esas personas, por otro lado el profesor le mostró una pista de lo que había encontrado, parecían ser gotas de sangre, había muy pocas y con bastante espacio entre ellas, era un rastro difícil de ver, pero las gotas llegaban a la ventana, ambos salieron y notaron continuidad de ese rastro con dirección al estacionamiento, lo siguieron y los condujo hasta el lugar donde Iván solía estacionar su carro, Marcos recordó que el día anterior él llevaba una venda en su mano ¡El era el culpable! Entonces optaron por esperarlo a que llegara a clases, pero en todo el día no se apareció por la escuela.
Al final del día Marcos y el profesor fueron a buscarlo a su casa, llamaron a la puerta sin respuesta alguna, era extraño, pues su auto estaba estacionado afuera, creyeron que él ya los había visto y se estaba escondiendo, no podían entrar a la fuerza, y tampoco era delito robar una ardilla, se fueron a las ventanas traseras de la casa para no levantar sospechas con los vecinos, al menos iban a intentar encontrar a Iván. Marcos se subió a un árbol que estaba en el patio, el cual tenía una rama cerca a la ventana del cuarto de Iván, al llegar ahí se asomó al interior, ahí estaba Iván, de espaldas, parecía tambalearse y miraba la puerta, Marcos lo llamó, pero Iván no lo escuchaba, el profesor, quien se había quedado abajo lanzó una piedra a la ventana para llamar su atención, al escuchar el golpe Iván se volteó, Marcos lo vio y se quedó pasmado.
Iván tenía la piel pálida, sus ojos eran muy rojos y llenos de alguna sustancia verde y por su boca escurría sangre. Al mirar a Marcos en el árbol, Iván se apresuró hacia la ventana, iba con tanto impulso que se estrelló con el vidrio y lo rompió, cayéndose de cabeza hacia el patio, el profesor se asustó con la caída y llamó a Marcos para que se bajara y ayudaran a Iván, pero Marcos no reaccionaba. El profesor intentó girar a Iván para dejarlo boca arriba, pero al hacerlo vio el estado en el que se encontraba, tenía la cara destrozada por el golpe y los vidrios clavados, debido al susto se desmayó.
Cuando Marcos reaccionó se bajó del árbol para ayudar al profesor, éste sentía culpa por lo que le había pasado a Iván, la caída lo había matado, pero Marcos insistía en que él ya tenía algo desde antes, pues el estado que tenía previo a lanzarse no era normal, para la mala suerte de ambos, solo Marcos vio a Iván antes de que se lanzara, el profesor no dejaba de sentir culpa y de ignorar el estado del cuál Marcos le hablaba, y éste no podía explicar lo que Iván tenía, ni trabajar con su poca experiencia en ese campo en base a lo que vio.