Joaquín era un arqueólogo, estaba en el proyecto más importante de su carrera, pues junto con su equipo habían encontrado ruinas abandonadas en medio de la jungla, en un lugar que nadie había estado, o al menos no hacía mucho tiempo atrás. Esas ruinas parecían pirámides con túneles extraños, llegar hasta ese lugar les había tomado días de caminar y acampar, y se guiaron gracias a extraños rastros y mitos que se escuchaban desde la aldea más cercana, la tribu Nabahu, aproximadamente a 5 días caminando desde esas ruinas. Mientras instalaban su campamento afirmaron su predicción, el lugar no tenía ningún tipo de conexión o señal que los ayudara a contactarse con el resto del mundo, pero no parecía ser un problema grande, pues tenían todo el equipo necesario para explorar, recabar datos, hacer pruebas y los análisis necesarios antes de regresar.
Mientras tanto, en la ciudad, el compañero del arqueólogo Joaquín, el científico André revisaba el comportamiento de un extraño lagarto que recogió en la visita que hicieron a la aldea Nabahu, antes de volver a la ciudad y de que Joaquín y el resto del equipo se adentraran a explorar. El lagarto parecía entender a la perfección los tiempos en que tendría atención por parte del científico y con qué objetivo, a pesar de nunca antes haber estado en un ambiente ni situación similar, esto era muy sorprendente, pues no había visto ningún animal tan inteligente incluso teniendo años de entrenamiento. Luego pensó en experimentar la socialización que tuviera con los reptiles de la zona, preparó una jaula con divisiones y colocó diferentes tipos de lagartos, incluyendo el inteligente que trajo.
Cuando el equipo de Joaquín terminó de instalarse y montar los artefactos comenzaron a trabajar, Billy midió la probabilidad del cambio del suelo en cuanto a temblores y deslizamientos de placas tectónicas, descubriendo que el lugar parecía estar muy bien conservado por varios años, Linda y Dora tomaron fotografías de todos los ángulos exteriores y las compararon con otras construcciones antiguas conocidas sin encontrar relación alguna, Louis preparó muestras de la tierra para saber qué minerales tenía y Mila preparaba lo necesario para que entraran a revisar una de esas pirámides. Su organización para explorarlas por el interior se dividía en Joaquín, Linda y Louis entrando, mientras que Billy, Dora y Mila iban a quedarse afuera frente a las pantallas para observar las cámaras, tomar datos y asistir en el trayecto, traían radios y cámaras integradas al uniforme que se comunicaban por frecuencias cortas. Ya estando listos, se adentraron.
En el laboratorio, André estaba listo para reunir a los lagartos en su jaula especial, era un hexágono con divisiones que formaban triángulos para los lagartos y tenía techo de cristal, dejó a cada uno en una esquina y los observó, todos parecían ignorarse, decidió alimentarlos y observó algo interesante, el lagarto de Nabahu no comía, después sus compañeros más cercanos dejaron de hacerlo, hasta que ninguno lo hacía, André vio raro todo eso, como si empezaran a planear algo, les puso más comida y seguían ignorándola, les agregó de otra diferente hasta que cada uno tenía bastante comida, en ese momento todos juntos empezaron a comer, todo parecía apuntar a que era un plan entre ellos para obtener más comida, pero sería demasiado para los registros sobre la inteligencia de esos animales. Al final del día André cansado se fue a su casa.
En la pirámide de la jungla, el equipo de Joaquín estaba ingresando por un túnel, todo estaba cubierto por polvo y telarañas, el lugar se encontraba totalmente oscuro, iluminado únicamente por las lámparas del equipo, y esto dificultaba mucho el avance, debían concentrarse muy bien para poder observar a larga distancia y asegurarse de no estar invadiendo la guarida de algún animal, pero también debían ser cuidadosos por dónde pisaban, pues no conocían las condiciones ni la fortaleza de la estructura, así llegaron al final de lo que parecía ser solo un pasillo recto, esto no tenía sentido, simplemente no tenía función, así que se pusieron a buscar algo más, Linda apuntó su luz hacia el techo y encontró un dibujo manchado e incompleto que asemejaba un humano, quien seguramente sería el ente supremo de aquella civilización, y debajo de ese dibujo estaba un texto, que a diferencia del dibujo, se encontraba en perfecto estado, Luis leyó ese texto en voz alta y al terminar de leer el lugar comenzó a temblar, Billy, Dora y Mila perdían el video de las cámaras para después quedar incomunicados, Joaquín y el resto del equipo corrieron hacia la salida, pero el suelo se abrió y cayeron a una cueva.
Al día siguiente André llegó al laboratorio, fue directo a la jaula hexagonal para observar a los lagartos, pero no estaban, los barrotes que dividían a los lagartos estaban abiertos y el techo tenía un agujero perfecto, aquello no tenía explicación, apresuradamente salió del laboratorio y se dirigió a la sala de seguridad para revisar las cámaras, pero al ir corriendo por el pasillo se topó con aquellos lagartos, se frenó y lentamente caminó hacia atrás dándose la vuelta, al quedar de espaldas se disponía a correr, pero una voz lo detuvo, le advertía sobre el problema que enfrentarían los humanos por el despertar de “Bulutzu”. André lleno de miedo, pero con valentía, regresó al laboratorio, tomó la primera jaula que encontró y regresó corriendo a donde estaban los lagartos para encerrarlos, ellos parecían normales y André se cuestionó el estar loco.
Después de caer en la cueva, el equipo de expedición se levantó aturdido, intentando inútilmente encender sus lámparas, no podían ver nada y estaban atrapados, en ese momento los llamaron, eran sus compañeros que los observaban desde arriba, llevaban una cuerda enorme y lámparas, aseguraron el extremo de una cuerda y Dora bajó con más linternas, cuando tuvieron nuevamente luz pudieron observar a su costado toda una pared con escrituras y jeroglíficos, parecía el ser que estaba en el techo, pero ahora lo veían completo, y su cabeza no era la de un humano, si no la de un lagarto.